Encontrarse con un texto que vas a interpretar siempre es un desafío agradable. La oportunidad de "encarnar" y dotar de vida las palabras que alguien imaginó y concretó es un viaje lleno de sorpresas, anhelos y tropiezos.
Los personajes que construyó Camus en "Los Justos" y que José A. Pérez acercó a nuestra historia reciente, son hombres y mujeres complejos, llenos de dudas y miedos, inmersos en convicciones y compromisos de los que es prácticamente imposible apearse.
La contradicción que se genera en los personajes entre el compromiso que tienen adquirido con sus compañeros y las dudas que se les plantean en cuanto a la legitimidad de la tarea que asumen aportan tanta riqueza en posibilidades que se me presentan como un enorme y hermoso campo fértil en el que trabajar con ahínco y sin descuido para lograr una hermosa y sabrosa cosecha.
Ahora que tanta necesidad hay de adquirir compromisos y encontrar convicciones tengo la fortuna de confrontarme con un personaje que lleva a tal extremo su compromiso que incluso ante la duda genera el coraje suficiente como para actuar en consecuencia con determinación. A veces cuando se empieza un camino hay que seguirlo, es demasiado tarde para plantearse las convicciones.
Pablo Rivero
martes, 30 de julio de 2013
Motivaciones (4)
Publicado por
611 Teatro
a las
4:35
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